El pastel de boda es una de las tradiciones más importantes de las personas que empiezan una vida en pareja.
Se dice que la tradición de tener un pastel en la boda nació en la antigua Roma, como una práctica que más tarde se convertiría en una costumbre. Entonces se colocaba un pan sobre la cabeza de la novia y se rompía sobre ella como símbolo de fertilidad. Tras esto, los invitados debían recoger las migas, pues eran consideradas de buena suerte.
Alrededor del siglo XII esta tradición evolucionó en Inglaterra. Los invitados llevaban pequeños pasteles que se iban amontonando en una torre hasta hacerla lo más alta posible. Luego, le añadían una capa de azúcar glass. Los novios se besaban sobre el pastel y finalmente repartían porciones a los invitados.
Hoy por hoy, esta tradición tiene como fin compartir un trozo del pastel de boda con los invitados, lo que está relacionado con las ganas de brindar y transmitir buena suerte hacia los novios.
Aunque tradicionalmente eran de color blanco o marfil, actualmente existen distintos estilos de pastel de todos los colores y sabores. Sin importar la forma, los pasteles de boda siguen siendo unos de los grandes protagonistas de la celebración nupcial.
